Cisjordania opresión violencia física extrema fuerzas israelíes
Denunciamos en ‘Infligir daño y denegar asistencia’, un nuevo informe
que publicamos hoy, la escalada de ataques y obstrucciones a la
atención sanitaria a cargo de las fuerzas israelíes. Como potencia
ocupante, Israel tiene la obligación legal, en virtud del derecho
internacional, de garantizar el acceso a la asistencia sanitaria y
proteger al personal médico. Pedimos que ponga fin a la violencia
contra el personal sanitario, los pacientes y los centros de salud, y
que deje de obstaculizar al personal médico en su labor de salvar
vidas.
Muchas casas en Yenín están marcadas por agujeros de bala. Los
residentes hablan de ocupaciones recurrentes de casas por parte de
soldados israelíes que también ocupan posiciones estratégicas para
cavar un agujero para los francotiradores. © Alexandre Marcou/MSF Las
fuerzas israelíes y los colonos han incrementado el uso de la
violencia física extrema contra los palestinos en la Cisjordania
ocupada desde que comenzó la guerra total contra Gaza en octubre de
2023.
En total, al menos 870 palestinos y palestinas han muerto y más de
7.100 han resultado heridos entre octubre de 2023 y enero de 2025.
Según nuestro nuevo informe ‘Infligir daño y denegar asistencia’ que
publicamos hoy, la escalada de violencia en Cisjordania ha
obstaculizado gravemente el acceso a la asistencia sanitaria y forma
parte de un patrón de opresión sistémica por parte de Israel que la
Corte Internacional de Justicia (CIJ) ha calificado de segregación
racial y apartheid. El informe, que abarca el periodo de octubre de
2023 a octubre 2024, se basa en entrevistas en profundidad a 38
pacientes y miembros de nuestro personal, paramédicos de hospitales y
voluntarios que reciben nuestro apoyo, que denuncian las prolongadas y
violentas incursiones militares israelíes y las restricciones de
movimiento más severas, que han obstaculizado gravemente el acceso a
servicios esenciales, en particular la atención sanitaria.
La situación se ha deteriorado aún más desde el alto el fuego en Gaza
y ha agravado las terribles condiciones de vida de muchos palestinos,
que están provocando un inmenso daño físico y psicológico. “Los
pacientes palestinos están muriendo porque simplemente no pueden
llegar a los hospitales”, afirma Brice de le Vingne, nuestro
coordinador de emergencia. Compartir en X “Los pacientes palestinos
están muriendo porque simplemente no pueden llegar a los hospitales”,
afirma Brice de le Vingne, nuestro coordinador de emergencias, y
continúa: “Estamos viendo ambulancias bloqueadas por las fuerzas
israelíes en los puestos de control mientras transportan pacientes
críticos, instalaciones médicas rodeadas y asaltadas durante
operaciones en curso y trabajadores sanitarios sometidos a violencia
física mientras intentan salvar vidas”.
Nuestros equipos han sido informados de un aumento del número de
ataques contra el personal y las instalaciones médicas, incluidos
ataques a hospitales, destrucción de emplazamientos médicos
improvisados en campos de refugiados, así como acoso, detención,
lesiones y asesinato de rescatistas y trabajadores médicos por parte
de las fuerzas israelíes. Entre octubre de 2023 y diciembre de 2024,
la OMS ha registrado 694 ataques contra la asistencia sanitaria en
Cisjordania, con hospitales y estructuras sanitarias a menudo
asediados por la fuerza militar. Los trabajadores sanitarios expresan
una sensación de inseguridad, ya que con frecuencia son acosados,
detenidos, heridos e incluso asesinados.
“Las fuerzas israelíes rodearon el punto de estabilización [en Tubas]
y cerraron sus dos entradas, a pesar de que estaba muy claro que se
trataba de un edificio médico. Ordenaron a todos los paramédicos que
salieran del punto de estabilización. Éramos unos 22 paramédicos.
Los soldados israelíes dispararon dentro y fuera del edificio, dañando
nuestros suministros y el punto de estabilización”, cuenta un médico
de la Media Luna Roja Palestina, apoyado por MSF. Tras la incursión de
9 días que tuvo lugar en Yenín del 28 de agosto al 6 de septiembre,
nuestros equipos reanudaron sus actividades de primeros auxilios
psicológicos en el campo de refugiados. Salwa y Rahma visitan el campo
semanalmente para reunirse con los residentes y hacer evaluaciones
sobre su salud mental y su evolución.
© Alexandre Marcou/MSF En caso de emergencia médica, las restricciones
de movimiento pueden tener consecuencias mortales. En este contexto,
el acceso a la asistencia sanitaria se ha visto gravemente
obstaculizado por los bloqueos y ataques a los movimientos de
ambulancias y la escalada de violentas incursiones militares que han
causado heridos, víctimas mortales y la destrucción de
infraestructuras civiles vitales, como carreteras, asistencia
sanitaria, tuberías de agua y sistemas eléctricos, sobre todo en los
campos de refugiados de Tulkarem y Yenín. En las zonas remotas y en
las afueras de ciudades como Yenín o Nablús, la situación es
especialmente grave, ya que las personas con enfermedades crónicas,
como los que necesitan tratamiento regular de diálisis, se ven
obligados a quedarse en casa debido a los insostenibles obstáculos
para acceder a la asistencia sanitaria.
Además de las frecuentes incursiones militares israelíes, la violencia
de los colonos y la expansión cada vez mayor de los asentamientos han
dejado a muchos palestinos vulnerables a la violencia y con miedo a
moverse por Cisjordania. En total, la OCHA ha informado de 1.500
ataques de colonos israelíes contra palestinos entre octubre de 2023 y
2024. Entre octubre de 2023 y diciembre de 2024, la OMS ha registrado
694 ataques contra la asistencia sanitaria en Cisjordania, con
hospitales y estructuras sanitarias a menudo asediados por la fuerza
militar.
Compartir en X Como potencia ocupante, Israel tiene la obligación
legal, en virtud del derecho internacional, de garantizar el acceso a
la asistencia sanitaria y proteger al personal médico. El sistema
sanitario de Cisjordania está sometido a una enorme presión y se ve
forzado a un estado de emergencia perpetuo. Pedimos a Israel que ponga
fin a la violencia contra el personal sanitario, los pacientes y los
centros de salud, y que deje de obstaculizar al personal médico en su
labor de salvar vidas.